martes, 20 de diciembre de 2011

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Búscame cuando te hayas dado cuenta de que esa era yo y no ella. Búscame cuando veas que me hechas de menos y tienes la necesidad de abrazarme. Cuando no entiendas el por qué me fui. Como conseguí irme alejando de ti, si es que lo que yo sentía era imposible de arrancar.

Coge el teléfono y llámame. Si vez que no te lo cojo insiste, porque eso fue lo que yo hice insistir. Lucha hasta que te canses, si vez que ahora soy la que esta muy lejos de tu alcance. No te des por vencido.

Ahora cuando estés ahí, ¡PÁRATE!. Párate a pensar y mira como me sentía. Esa sensación que sentía al verte besándote con ella. Cuando me dijiste que no querías venir a verme o que no podías. Como me costo fingir y callarme la boca durante tanto tiempo. Como deseaba besarte y no por eso decidí dejar de verte. Como te quería tanto y veía que tu no sentías lo mismo. Ahí verás que las palabras solo son palabras, y que ellas se demuestran con hechos. Que tus te quiero y tus te adoro, solo han sido palabras y tu hacías que fueran menos que eso. Porque no demostrabas nada. Entiendo que fuiste un cobarde y el miedo a perder a esa persona te haya llevado a no arriesgar nada por miedo a perder todo o el miedo a pensar que dirían los demás. O el no saber expresar tus sentimientos de la manera que lo hacía yo. Pero con el tiempo aprenderás que quien no arriesga no gana. Que muchas veces las personas se van y no vuelven por muchas razones y que si no aprendemos a querer y a decir lo que sentimos nos quedaremos vacíos al saber que se fue y no le dijimos nada.

Que sí, que yo me hubiera ido contigo. Pero nunca hubo nada seguro de tu parte, siempre dudabas y te contradecías. Y eso hacía que me volviera loca.

Odiaba cada día sin ti.Tu hacías que me olvidará de todo el resto del mundo. Sonreías y me hacías sonreír. Pero no era una sonrisa cualquiera, era la mejor. Me mirabas y te miraba. Y mis ojos querían decírtelo todo, por lo menos lo intentaban pero tu nunca quisiste ver más allá. Esa mirada de complicidad, de deseo. Ese deseo que nunca se llego a completar.

Es verdad que hubo días que no me acorde nin un segundo de ti, pero ahí estabas tu al día siguiente para avisarme de que no te habías ido como si leyeras mi mente.

Fue una historia sin fin y sigue siéndolo.

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