lunes, 9 de abril de 2012

Tenía en mis manos 2500 palabras para dibujar mi pequeño mundo frágil. Quise empezar desde la base para que no se cayese & palabrita a palabra, con mucho cuidado y esmero, empecé a construir.

En la base los sueños las sonrisas y los niños jugando & la palabra inocencia era el eje central . En lo alto estaba el cielo, las nubes y las estrellas. A la derecha la luna, y a la izquierda estaba el sol que daban brillo al paisaje de mi mundo de papel. La palabra amistad hacía ecos de por vida. Hadas mágicas felices hacían cumplir nuestros sueños. Las familias se bañaban en ríos de comprensión & pasábamos las horas acariciando este mundo.

Pero entre aquellas palabras se colaron otras más; se colaron los insultos, los gritos y las riñas. Se coló el egoísmo, los celos &  la envidia. Inseguridad y miedo se posaron en la base & la infelicidad pasó a ser el eje central. Lo superfluo iluminó nuestras vidas & las ilusiones rotas maduraron en mis arboles.

Superioridad y odio pasearon por mis calles. Las hadas vestían de negro y quebraron nuestros sueños & los niños ahora juegan a juegos de guerra.

¿Y qué paso con mi pequeño mundo de papel? Ha quedado escondido a este lado de la pared pero si quieres pasar te hago un hueco, creo que queda espacio para tí también.

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