…y contarte mis secretos, sentirte aún más cercano a mí.
Ver tus ojos claros a escasos centímetros de mi cara, y poder perderme
en ellos sin rubor, con total entrega y libertad. Poder alzar una mano
temblorosa y dejar que aterrice en tu sonrosada mejilla. Cerrar los ojos y, a cámara lenta, descansar mis labios sobre los tuyos, con timidez. Dejando que se conozcan.
Te quiero. Sí. Como a nadie en el mundo.
Abrir los ojos y verte sonreír, notar tu mano en mi nuca, jugando con algún mechón rebelde que aquella mañana se le escapara al peine. Sí. Y dejarte formar parte de mi mente, que conozcas mis secretos. Sí… y contártelos en silencio en mitad de horas muertas que pasan y bailan a nuestro alrededor… Y vivir en nuestro mundo…
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