No me refiero a los ratos que duran horas ni a los besos largos, hablo
de la sensación de los instantes que duran segundos que son casi
imperceptibles, de besos cortos incluso de simplemente acercamientos o
pequeñas caricias. Hay personas que prefieren el beso más largo del
mundo y otras que consideran que el roce de los labios es más intenso
que cualquier beso eterno. Hablo de la sensación de sentirse a gusto, de
que con la tontería más grande te saquen una sonrisa de oreja a oreja,
de las conversaciones sin sentido en las que no puedes parar de reír,
hablo de los detalles que recuerdas de algún momento determinado, de los
mínimos detalles que te llenan tanto. Hablo de las situaciones
surrealistas en las que te ríes por no llorar, de enfrentarte a todo con
la mejor de tus sonrisas, de esos secretos que compartes con personas
muy especiales para ti. Hablo de situaciones que provocan que haya
mariposas en tu estómago, de los momentos que te dejan sin respiración,
de aquellas personas que recordaras siempre, hablo de la mezcla de
sentimientos.
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