Un minuto contigo es caminar descalza sobre cristales, contar los "te
quiero" que no me dices, olvidar las llamadas que no me haces. Y es tan
placentero este dolor. Quiero que me utilices, que moldees este corazón
en bruto. Trátalo a tu gusto, rómpelo, él jamás dejará de latir. Úsame y
tírame como una muñeca de trapo. Abrázame y empújame. Sonríeme y
grítame. Quiéreme si me odias y ódiame si quieres, pero lo que nunca
harás será olvidarme.
Me apuñalas con tu indiferencia mal finjida, con
tus idas y venidas, y yo sigo besándote con mi estupidez suicida, con
mis siete vidas ya gastadas. ¿Por qué sigo sonriendo? es un misterio. Me
encanta que me roces los sentimientos con tus "ya te llamaré". Elemental, como mi odio. Odio ver llover por la ventana, pero
odio aún más ver llover por las tuyas. Y no se abrió ninguna cuando me
cerraste la puerta. Y si llueve, pues te mojas y punto. Y puntos
suspensivos que ya suman más de tres. Y tres veces te maldije anoche en
sueños, pues no me atreví a la cara. Y este es otro sueño medio
cumplido, mitad feliz, mitad suspiro. Y tú no eres mi otra mitad. Pero
hoy puedes jugar con mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario